Hipnotiza con su parpadeo,
le resbalan los ojos de sonrisa,
es como una luz...
de un arcoíris permanente.
Se le cae el pañuelo y acuden cinco,
luego se tendrán que conformar
con el lúdico lenguaje de los abanicos.
Acaricia el suelo cuando pisa,
mejora el perfume de las rosas
y lleva siempre de la mano...
el amanecer de la esperanza.
Ella es el sueño que se sueña,
la realidad posible...
de ese maravilloso y sutil sueño.
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