Tú... y yo en la otra parte del café,
una mesa para dos,
una terraza para muchos...
pero no existen, la ventana cerca,
la noche fría, oscura, colabora,
incluso se ausenta la luna…
Tú y yo y, en aquel tiempo,
un café y un cigarrillo,
y luego nosotros,
con la excelencia del ser,
con lo superlativo del estar,
con la magia de tu proximidad
y el sublime calor de tu mano,
que me invita al vuelo para seguir
...compartiendo nuestra bella vida.
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