Y me fui a ver el mar,
mar de invierno, ahora estufa,
refrigerio en verano.
Así se lo contaba a mis alumnos…
El mar, mi amigo el mar,
la mar de amigos, él y yo.
Hoy parece tranquilo,
pese a los vientos
que, como cabreo de Eolo,
lo han azotado estos últimos días.
Su azul es intenso,
no se ven rosas blancas,
el horizonte no hace distinciones,
se respira paz...
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