Y en el patio del colegio, el jefecillo y los aplaudidores, y el acosado... parece como una inconsciencia pero siempre hay que atacar a alguien. Y el mandamás se envalentona, y los pelotas hacen méritos para merecer la consideración del pequeño déspota, y el acosado cada vez está más desamparado, aislado, solo… Esto que parece de película cruel, pasa con más frecuencia de lo que la gente cree, desgraciadamente...
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