Uno tenía una bici y un reloj...
que llevaba visible, y pocos años.
Uno estaba enamorado hasta las trancas,
madrugaba y te esperaba, y te llevaba la cartera,
me bajaba para andar a tu lado, diciendo en atropellos,
o silenciando mis propósitos, turbado…
Luego, en clase, tenía celos de tu educación,
parecía un vigilante, viviendo sin vivir,
y, en mi soledad, simplemente, no vivía…
Ahora, cuando lo pienso, es sólo un recuerdo,
y en aquel entonces era una vida...
que no existía si “ella” no estaba cerca.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada