El colibrí sostiene el vuelo,
y succiona feliz en la flor.
Quien algo quiere...
algo le cuesta, dicen unos,
y el que la sigue la consigue,
dicen otros…
Y luego viene Cupido,
con sus flechas y tal,
y contradice todos los inventos,
y allá van los pares de a dos,
sin haberles costado,
sin haberse seguido,
y es que el amor, a veces,
no es tan ciego...
como quieren hacernos creer,
¿no les parece?
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