En mi patio tengo un pino majestuoso que preside, no sólo el patio, sinó el barrio, y también un limonero repleto de limones de un amarillo intenso, pero yo siempre me quedo con los rosales y, pese a que en esta época sufren el acoso del invierno, siempre te regalan aquellas últimas rosas para dejar constancia de la belleza que atesoran… Mi casa, mi patio, un remanso de paz y autenticidad.
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