Con suerte hoy volveré a verla,
y ella hará igual como que no,
y yo haré igual como que sí,
y pensaré en cómo abrir su puerta,
en cómo entrarle con temple y gracia,
para afinar los posibles acordes
de nuestras mejores músicas…
¿Por qué será que, a veces,
el como que no, es más bien que sí,
y el como que sí... no está tan claro?
Una oda a la proximidad y al ir de frente,
y por supuesto, a la proclamación
de los ciertos del alma sincera…
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