Incluso la prudencia ha salido a la calle, gente precavida de todas las edades que no se sacan la mascarilla con facilidad al primer cruce con algún peatón, se la recolocan raudos y a seguir el camino. De todas formas, también he visto gente sin, guardando bien las distancias y con una sensación de alivio que se les notaba en los ojos. A partir de ahora... posibilidad de ver alguna sonrisa, más o menos maliciosa, más o menos angelical, pero sonrisa al fin y al cabo, como un regalo que a veces no damos con la facilidad que deberíamos dar. Prudencia amigos, parece que esto no ha acabado, cuesta mucho y si te relajas mucho más...
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