Parejita joven con carrito y niño… Él, negro, muy negro, guapo, muy guapo, ya saben con dientes de nácar, ella, blanca, muy blanca, como si nunca hubiese visto el sol, por tanto el contraste era evidente. El niño, tranquilo en el carrito, precioso angelito, de un maravilloso tostadito, como para comérselo. Al pasar por mi lado y al ver que yo me apartaba un poco para dejarles pasar, el me ha dicho: "Gràcies senyor" en un catalán perfecto y yo me he alegrado y les he saludado muy cordialmente...
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