Amores que empiezan en un tren, en el bus, en el metro...
Parece que íbamos como ubicados hacia un destino,
fue aquel tren y no otro, aquel día, aquella hora,
y después hubo más de lo mismo,
un mismo en delicia y progresión hacia el café...
que todo lo certifica con una cierta dignidad.
Diría que todos tenemos un tren, un bus, un metro, un avión,
un bosque con mar que nos enmarca el destino.
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