divendres, 16 d’abril del 2021

Por fin, en la gloria...

Llamaré a tu alma, emocionado,

y quizá tú sonrisa me abra la puerta,

todo un silencio de afinidad que me invite a entrar, 

y así, como si de repente se abriera el cielo, 

me veo por fin en la gloria, y allí... la paz y el respeto, 

la naturalidad del amor en cada acción,

en cada fe, en cada luz… 

En tu luz de labios y ojos se bebe, se capta, se aprecia, 

se detecta lo sublime de las delicias superiores. 

Llamé a tu alma, emocionado, muy emocionado...

 

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