Sin un duro, sin ingresos y a la deriva económica y deportiva, sin nivel para la alta competición... ha sido nuevamente humillado y puesto en la lona a golpes de realidad, y no es que sea falta de actitud o compromiso, es pura y llana impotencia, inferioridad manifiesta e incontestable. Soy muy "culer", de aquellos que lo mamó en su casa desde niño y, pese a la decepción y el estado desangelado que me invaden, he sido, soy y seguiré siendo del Barça. Ahora toca esperar que el nuevo presidente sepa reconducir la situación para recuperar el lugar y el prestigio habitual.
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