divendres, 11 de juny del 2021

Susurrar a las tórtolas


Estoy sentado en la fuente de la plaza… al verme, se me acerca una tórtola, muy elegante ella, de pecho blanco y alado café con leche, cola negra, viene decidida, parsimoniosa, como si supiese que le voy a dar alguna cosa, baja y levanta la cabeza y, al ver que no le doy nada, se va con el vuelo a otra parte… Otro día me traeré un puñado de arroz blanco y ya podré ser el hombre que susurraba a las palomas y a las tórtolas, en lugar del hombre que susurraba a los caballos. Plácida tarde, salud y paz.

 

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