Hay personas que hablan con las flores, con los pájaros, con los perros o los gatos… normalmente suelen tranquilizar al personal, porque dicen que no les contestan. Uno, como un Erasmo cualquiera, suele elogiar a la locura y pienso que, si que contestan y además lo hacen con fidelidad y buenos comportamientos encomiables, plantas y animales responden al buen trato, con unas reacciones a veces superiores a los humanos. Recuerdo a mi madre hablando con las rosas y a mi mismo platicando con mi perro Rex, y a todos, Pere, Teresa y yo, hablando con la Lucca o el precioso y azulado agapornis...
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