Ella solía escucharme… y yo le hablaba de mi amigo, enamorado de ella hasta las trancas, y ella como que perdía interés, y a mí como que me molestaba un poco, pero lo entendía fácil... que en el corazón no se manda, se siente. Ella pareció aliviada, e incluso me confesó que su interés llevaba otros derroteros, impensables para las amistades de proximidad. Le deseé suerte y me alejé…
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