Y en el estanque, una vez perdidos entre las cañas la pata y los patitos, el sol hace del agua un espejo... peces, grandes peces de colores, campan pacíficos arriba y abajo. Un niño les da de comer y aún se dejan ver mejor, sus preciosos lomos amarillos, blancos, moteados… Allá en su rincón más idílico, dos cisnes se abrazan con el cuello, hacen un precioso baile, aquel que tan bien llevan a escena los bailarines del lago de los cisnes. Y en el estanque reina la paz, una paz en libertad, hermosa, linda paz…
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