dimecres, 2 de novembre del 2016
Un suponer
Me gustaba, un suponer, pero creo que me odiaba, se odiaba, odiaba al mundo entero, con el que estaba peleada. Alguna vez se me ocurrió pensar que no fuera aquello que llaman la antesala del amor, pero no, sólo quería un harén de asiduos con los que regalar su ego, y ofrecerlo al rico de turno, su príncipe rosado, como el color de los billetes de su padre. Miserias humanas… Las que me dan no las quiero, y las que quiero, no me las dan, decía mi mi muy querida abuela…
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