¡Qué bien hablan los silencios,
cuando no hay ruidos
que enturbien los recuerdos,
y las nostalgias de las afinidades
se proclaman entre gozos!
En mi paz exquisita mi madre me sonríe,
y mi padre aplaude con los ojos,
y yo noto la caricia...
de sus más emotivos sentimientos.
¡Qué bien se expresan sus silencios...
en lúcida y amorosa charla con los míos!
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