En mi hoja en blanco y a la luz de tus ojos,
escribí con la música de un suspiro…
y el aliento de mi alma enamorada.
Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
decía el poeta mirando su arpa.
Cuánta música me generan tus ojos de luz,
y yo, en mi hoja en blanco, te cuento y te canto…
mis sueños despiertos, tú siempre cerca de mí,
tu luz incandescente habita del todo en mi interior…
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