Hoy me he deslizado por los encantos del placer,
me he dedicado a contemplar el horizonte,
ya saben, aquella línea en la que el cielo
parece juntarse con la tierra,
pero yo lo he hecho desde el mar,
desde mi roca de pensar y observar y meditar,
allá en el acantilado donde las olas nunca paran de bailar.
Desde allí la panorámica es de un maravilloso azul de cielo,
que te prende el alma para que navegue
muy feliz por los mejores infinitos.
Hoy me he complacido…
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