La miré a los ojos, le cogí la mano...
y se ruborizó en colores.
Tiene el color de las manzanas de secano,
huele a primavera y a romero en flor.
Es como aquella primera luz...
de un amanecer del mes de mayo,
que conlleva su ya famosa brisa suave que acaricia.
La miré a los ojos, le cogí la mano
...y sonrió mi feliz alma enamorada.
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