La rubia de la cola de caballo era más espectacular,
pero a mi me gustaba la de la trenza alta,
peinada de madre con un trabajo de artesanía genial,
modosilla, educada, sonriente...
con su falda de cuadros y su jersey de cuello alto,
sus cabellos azabache al viento a juego con sus ojos café
...cuando la trenza descansaba.
Me gustaba su sonrisa discreta,
su palabra fácil, su presencia noble, su gracia…
Me gustaba... entera, toda ella.
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