En el calor de la noche,
una fina lluvia refresca el ambiente,
una suave brisa entra por la tela mosquitera,
se ve el suelo de la plaza húmedo
y, por supuesto, nadie...
Es casi la una de la madrugada,
qué gusto ese olor a mojado
que parece que evapora...
los calores más malolientes.
Me encanta la calma de la noche,
es la hora de las musas en vuelos...
por la mente del poeta enamorado y feliz.
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