Hoy pienso en una compañera que tenía en el cole, una profesora íntegra, racional, con los pies en el suelo y una visión de la realidad magnífica. Ella siempre estaba cerca, era como aquel hombro de madre en el que, además de llorar tranquilo, puedes encontrar las vías de solución más racional a tus problemas. Recuerdo, pues eso, su racionalidad, su sentido práctico de la vida, su visión y consciencia del momento. No diré su nombre, pero si me lee algún ex compañero seguro sabrá de quién estoy hablando. Siempre, recordarla es un placer para mí…
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