Madre mía qué luna, te has pasado amiga,
casi no cabes en el río, pareces llenar el mar,
y has despertado la curiosidad de los amantes de la noche.
Ya sabes, aquella terraza exterior, cerca del mar,
la luna bañándose con la brisa suave de agosto
y, en la terraza, una buena cena de mariscos con cava,
mientras un saxo y un violín nos deleitan los oídos
en la gran noche soñada…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada