No suelo buscar milagros ni maravillas excepcionales, soy simplemente un admirador de la belleza natural. Aquel melocotón al que ya no saben que hacerle para que sepa a mil demonios, y todos muy lejanos de la fruta primera… Aquella niña que se acicala en exceso, hasta convertirse en algo diferente y muy alejado de aquella primavera que ya no volverá a vivir… En fin, cada persona es un mundo, en un mundo no tan diferente…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada