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dilluns, 28 de setembre del 2015

Porterazo

Jugaba de portero,
era bueno parando,
lucia rodilla ensangrentada,
con costra negra permanente,
que sangraba en cada estirada
para detener los tiros rasos...
Siempre nueva herida,
y siempre nueva costra,
en el mismo sitio...
El portero bueno llegaba a casa,
con la victoria ensangrentada,
y mi madre aplaudía rauda,
con la alpargata, pero suavemente.
Eran buenos tiempos,
de niños y madres y fútbol, en la era…

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